Lunes 24 de Noviembre de 2025.- La Santa Sede ha publicado este 24 de noviembre el nuevo Reglamento General de la Curia Romana, aprobado por León XIV y que entrará en vigor el 1 de enero de 2026 por cinco años ad experimentum. El documento no es un ajuste menor, sino una reconstrucción completa del sistema curial: desde la estructura administrativa hasta el régimen documental, pasando por la digitalización, los derechos de los fieles y la centralidad renovada de la Secretaría de Estado.
El texto supone también el cierre del ciclo iniciado en 2022 bajo el pontificado de Francisco, cuando un Chirografo ordenó revisar todo el aparato normativo para adaptarlo a Praedicate Evangelium. Lo que entonces fue una comisión provisional —presidida por Mons. Filippo Iannone e integrada por altos responsables de la Santa Sede— hoy concluye su trabajo con un cuerpo normativo completamente renovado… y profundamente distinto del clima eclesial que marcó los últimos años del pontificado anterior.
Una separación histórica: Curia y personal por primera vez en textos distintos
Por décadas, un solo reglamento mezcló normas administrativas, laborales e institucionales. El nuevo modelo, impulsado inicialmente en 2022, introduce una división nítida: Reglamento General con el funcionamiento de los dicasterios, procesos, relaciones internas y actos oficiales, y el Reglamento del Personal que ordena la contratación, obligaciones, evaluaciones, ética e integridad.
No es un cambio cosmético. La Santa Sede adopta una organización más clara y profesional, coherente con estándares contemporáneos de administración pública, algo largamente reclamado —sobre todo tras años de opacidad y desorden burocrático bajo la etapa precedente—.
El latín deja de ser obligatorio
El cambio más visible está en el uso de las lenguas. Ya no se exige que los actos se redacten “de regla” en latín. El nuevo texto permite con normalidad el uso de italiano, inglés, francés u otras lenguas modernas, sin que deban justificarse como excepción.
Transparencia y derecho a respuesta: un giro necesario tras años de silencios
El nuevo Reglamento introduce una novedad capital: toda petición dirigida a la Santa Sede debe ser registrada, asignada a un responsable y recibir respuesta.
Es la primera vez que se reconoce explícitamente un derecho de los fieles a que sus solicitudes no caigan en el vacío.
Hasta ahora la práctica —sobre todo en cuestiones dolorosas o polémicas— era responder selectivamente. Ese silencio institucional, que durante años protegió maniobras internas poco claras y alimentó presiones ilegítimas, queda desterrado por un sistema trazable y controlable.
Centralidad recuperada de la Secretaría de Estado: el fin de una etapa fragmentada
El texto refuerza claramente el papel de la Secretaría de Estado, debilitado durante el pontificado de Francisco por decisiones y prejuicios que generaron tensiones innecesarias y falta de coordinación.
El nuevo Reglamento establece la obligación de compartir documentos entre dicasterios, una gestión coordinada de competencias múltiples, la revisión periódica de informes internos, co-firma de actos comunes y el envío sistemático a la Secretaría de Estado de todo acto destinado al Papa.
La Curia deja de ser un mosaico de compartimentos estancos y se convierte en un organismo integrado y jerárquicamente ordenado.
Una administración moderna
La Santa Sede asume un sistema administrativo moderno. Ahora todo acto debe estar motivado jurídicamente, existe un procedimiento interno de recursos, los dicasterios pueden revisar sus propias decisiones, todo se registra en un archivo único también digital y la notificación electrónica adquiere valor jurídico.
Estas obligaciones, inexistentes en el régimen anterior, hacen que los actos curiales sean más verificables y menos arbitrarios.
Fin del intervencionismo discrecional
El Reglamento fija normas claras para evitar decisiones unilaterales sin diálogo con las Iglesias particulares, por tanto, toda intervención respecto a una diócesis exige escuchar antes al obispo, las decisiones sobre institutos religiosos requieren diálogo con los superiores y las medidas sobre movimientos deben respetar la competencia de los obispos y del dicasterio correspondiente.
Es una corrección explícita frente a la práctica —frecuente en décadas pasadas— de actuar “desde arriba” sin consultar, lesionando derechos humanos y canónicos básicos. La Curia vuelve a colocarse al servicio de los obispos, no por encima de ellos.
Digitalización, archivo y seguridad
Por primera vez se establece un sistema dearchivación digital obligatoria, clasificación de actos reservados en tres niveles, registros de acceso, destrucción controlada de documentos y el uso de sistemas informáticos certificados.
El Vaticano salta así de una estructura analógica a una administración digital tras años de retraso. En este punto, la sintonía entre León XIV y los organismos técnicos ha sido total: el Papa ha ordenado incluso la digitalización de la Casa Pontificia para modernizar hasta los procesos más básicos.
Formación, integridad y evaluación
El nuevo sistema exige una formación permanente obligatoria, evaluaciones anuales de desempeño, declaración de conflictos de interés y criterios éticos vinculados al Reglamento del Personal.
Nada de esto existía antes. La reforma introduce responsabilidad, rigor y exigencia profesional en un ambiente que durante años estuvo marcado por la informalidad y la falta de control.
Un nuevo espíritu institucional
Vista en conjunto, la reforma no es una actualización técnica sino una refundación institucional: la Curia pasa de ser un conglomerado rígido, lento y dividido a un organismo funcional, conectado y transparente.
El propio León XIV pidió revisar y perfeccionar diversos pasajes antes de otorgar la aprobación definitiva, lo que explica el tono más equilibrado y la clara corrección de ciertas tendencias de la etapa anterior.
Como señala una fuente interna citada por Silere Non Possum, los documentos “no solo aplican Praedicate Evangelium, sino que corrigen su rumbo”.
Con esta norma, el pontífice marca una dirección clara: una Curia más ordenada y más responsable.
Fuente : https://infovaticana.com/2025/11/24/reforma-profunda-en-el-vaticano-asi-sera-la-curia-con-leon-xiv/
noviembre 24, 2025


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