diciembre 22, 2019
Domingo 22 de Diciembre de 2019.- En una decisión histórica, el papa Francisco reformó el cargo de decano de los cardenales -hasta ahora de por vida- cuyo ejercicio se acotará solo a cinco años eventualmente renovable, luego de aceptar -este sábado- la renuncia del decano del colegio cardenalicio Ángelo Sodano, quien fue nuncio apostólico en Chile durante el Gobierno Militar encabezado por el General Augusto Pinochet.
Sodano fue el último en regirse bajo la antigua norma, por lo que es considerado uno de los cardenales más influyentes del Vaticano; a sus 92 años era el decano de los cardenales de 2005 ya que hasta ahora era un puesto vitalicio.
Sin embargo, en últimos años surgieron numerosas acusaciones sobre supuestos encubrimientos de casos de pederastia cuando era secretario de Estado, como el del fundador de los Legionarios de Cristo, el mexicano Marcial Maciel.
La decisión del Pontífice se hizo pública este sábado con un motu proprio (documento papal) después del tradicional encuentro para las felicitaciones de Navidad a la Curia romana y que comienza con un saludo del decano.
Cabe recordar que Sodano tuvo un vínculo con Chile cuando fue Nuncio apostólico en el país entre 1977 y 1988, durante el Gobierno Militar encabezado por el General Augusto Pinochet. A su regreso a Roma, labró una carrera ascendente en la curia al asumir como Secretario de Estado bajo el pontificado de Juan Pablo II, por lo que fue considerado como uno de los hombres más influyentes del Vaticano.
Renunció al cargo en 2006, durante el papado de Benedicto XVI; de hecho, precisamente fue el sucesor de Joseph Ratzinger como decano de los cardenales, antes de que este último fuera designado Papa.
Francisco agradeció la labor de Sodano y pidió que la Orden de los obispos que elija a un nuevo decano que se dedique totalmente a su labor.
“Con el aumento del número de los cardenales, compromisos cada vez mayores pesaban sobre la persona del cardenal Decano, me parece oportuno que, de ahora en adelante el cardenal Decano, que siempre será elegido por los miembros de la Orden de los obispos (…) permanezca en el cargo por un quinquenio eventualmente renovable”, escribe el papa.
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