Viernes 13 de Mayo de 2022.- (Efe/El Mundo) Teresa Berganza, mezzosoprano madrileña de fama internacional, ha muerto a los 89 años, según han confirmado a Efe fuentes familiares.
Nacida en Madrid en 1933, Berganza paseó su voz por la Scala de Milán, la Ópera de Viena, el Covent Garden de Londres o el Metropolitan de Nueva York. Su carrera fue un caso de éxito admirable. Se aferró a un repertorio relativamente corto en el que se esforzó "por ser la mejor". Y logró alargar su carrera desde los 20 hasta los 75 años. "Hay voces muy bonitas que a los seis o los 10 años se han acabado", dijo Berganza en una entrevista publicada por EL MUNDO en 2017. "Hay que tener la cabeza muy bien puesta para no perderla. Aunque veas un teatro en pie aplaudiendo después de una representación no caer en el: 'Hay que ver cómo soy, qué estupenda'".
La historia de Berganza parecía hecha para la ópera. Su barrio, de niña, era las cercanías del Teatro Real de Madrid. Nació tres años de que empezara la Guerra, hija de un padre republicano y una mujer de derechas, de modo que le tocó formarse en la España precaria de los años 40. Estudió y sobresalió en el Conservatorio de su ciudad, perfeccionó sus clases de canto con la profesora Lola Rodríguez Aragón y debutó en 1955 en el Ateneo de Madrid, acompañada al piano por Gerardo Combáu. Su estreno como cantante de ópera espero hasta 1957 en el Festival de Aix-en-Provence, en el papael de la Dorabella de Cosi fan tutte. por el que ya fue aclamada.
Su éxito fue un milagro en la España aislada de esa época: en 1958 debutó en Milán; en 1959, en Viena; y en Londres, en 1964 en Nueva York y en 1968, en Buenos Aires. Su imagen era la de un personaje con talento para la autoparodia: bromista, teatral y, a la vez, extraordinariamente natural... "Balenciaga me dijo una vez que mientras me brillasen no me pusiera joyas. Pero no le hice mucho caso, porque me siguen brillando y me las sigo poniendo", dijo Berganza en 1997 en otra entrevista en EL MUNDO. La mezzo, en su infancia, tuvo un rapto místico, quiso ser monja y su padre la sacó del convento por las malas. Después, se casó dos veces, la segunda con un sacerdote que se divorció de ella y retomó los hábitos. Berganza lo contaba como una broma de esas que tiene la vida.
El nombre de Balenciaga, viejo héroe del siglo XX, da una medida de lo larga que ha sido la vida y la carrera de Berganza que también acompañó a Maria Callas. "Junto a ella interpreté en Dallas, con 23 años, la Medea de Cherubini. Ha sido la mujer más artista y profesional que he conocido. Siempre me trató como a una hermana pequeña, con mimo, con admiración". Callas tomó a la española como hermana menor y le transmitió una manera de abordar su oficio y de expresarse ante el mundo como diva y antidiva a la vez.
"Me empiezo a cansar, no se crea, que antes era incansable. Pero lo llevo bien", explicaba entonces la cantante, quien confesaba lo poco le gustaba cumplir años: "Se me han muerto tantos amigos... Cuando se llega a una edad como la mía, se mueren los mayores, naturalmente, pero los jóvenes también van faltando", lamentaba.
"Siempre me he sentido muy querida. Canté durante 55 años, desde los 20 a los 75. Eso sí, disminuyendo progresivamente. Pero hubo un momento en que dije: 'Esto se ha acabado'", confesaba Teresa Berganza en aquel encuentro.
"Nunca he cantado para mí; siempre lo he hecho para los demás", subrayaba. "La entrega es la generosidad del artista. Aunque salga de mí, lo hago para ese público concreto que me está escuchando. Tienes que hacerlos sentir algo, porque te estás dando. Si te guardas un poco, mal", afirmaba la mezzosoprano resumiendo su actitud como intérprete.
Antes de elegir el canto, Teresa Berganza estudió piano, armonía, música de cámara, composición, órgano y violonchelo.
Fuente : https://www.elmundo.es/cultura/musica/2022/05/13/627e24b5fc6c838a7e8b45d6.html
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