5 abr 2020

EDITORIAL | "Coronavirus. Donde la ausencia dolorosa es sinónimo de salvar la vida" (por Aldo Ortiz Pardo)

Domingo 05 de Abril de 2020.- Pasaron muchos meses antes que decidiera escribir una editorial incluso en esta Tribuna, tras los hechos derivados de la crisis social y la posterior explosión de odio y polarización de opiniones en las redes sociales y medios de prensa. Pero heme aquí, en donde una pandemia de características mundiales amenaza con destruir a la humanidad entera, tal y como la conocemos.

Todos ya conocemos en la prensa internacional y nacional, incluyendo el trabajo informativo de RCI Medios las cifras y la proyección dramática que hace esta enfermedad en el mundo entero hace que todos tomen las medidas para evitar un desastre peor que la II Guerra Mundial, a juicio de Naciones Unidas.

Lo más triste y deplorable de toda esta situación, es que la mitad de la humanidad se encuentra en una cuarentena que incluso le impide estar cerca de sus propios familiares más próximos (que incluso en caso de muerte se recomienda ni siquiera estar cerca del fallecido). Hemos visto horrorizados las imágenes que llegan desde Italia, China o Ecuador, en donde seres humanos y animales regaban las calles dando un espectáculo simplemente aterrador y alienante.

Pese a todo el escenario lúgubre en que hemos planteado el inicio de este comentario, hay luces de esperanza en el camino hacia tener una sociedad más sana, no estrictamente en el sentido sanitario, sino en el sentido de evitar transitar por el camino que significara la rotura de las confianzas en el pasado mes de Octubre en Chile y en casi toda América latina. El coronavirus es un pedazo mutante de ADN que causa brutales destrozos a nuestro propio ADN y nos deja indefensos ante cualquier amenaza, sea que tengamos mucho o poco dinero. Que seamos de alcurnia o de familia de clase media. Que viajemos al extranjero o no salgamos de nuestra cuadra. Hoy todos somos el blanco de un virus implacable, tan implacable como la maldad humana que buscó poner a hombre contra mujer o padres contra hijos sólo por ambición.

Este "pedazo mutante de ADN" tiene un punto débil, aunque no podamos creer lo que digo, y es la limpieza, la higiene, el aseo profundo, la hidratación, el cuidar nuestras comidas.... y el dramático "aislamiento social".  Esta tal vez representa el golpe más fuerte dado a toda la Humanidad entera por este virus nacido en China, en donde hasta un apretón de manos o un inocente beso puede ser una sentencia de muerte para quien lo de, como para quien lo reciba. La ausencia dolorosa, esa ausencia equivalente a que te arranquen de las manos a tu madre, o a tu hijo o hermano y no puedas siquiera compartir con ellos, es lo único que pueden salvar la vida de quienes queremos en medio de esta vorágine.

Tal vez, si entre todos hacemos propósitos de saludar y de abrazar al desconocido cuando todo esto termine, de poder besar no tan sólo a tu madre, hermana o esposa, sino también a quien veas en la calle, de tender una mano a quien lo necesite. Si entre todos hacemos un esfuerzo de dejar nuestros celulares y dejar nuestras individualidades recluídas en donde alguna vez estuvimos nosotros "cuarentenados" y fuésemos más libres en sonreir, hablar, conversar, departir, más que en discutir y ganar mezquinas disputas al del lado sólo porque piensa distinto, no cree que nuestras sociedades y naciones podrían emerger victoriosas no tan sólo de esta, sino de cualquier amenaza ???.

Los invito, a que nos cuidemos, a que resistamos. Esta es una verdadera guerra de resistencia, y cuando esta guerra termine, poder salir a la calle a celebrar con quien esté a su lado. Este virus lo derrotaremos todos.

Escrito por : Aldo Ortiz Pardo, Fundador y Propietario de RCI Medios



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