Jueves 03 de Agosto de 2017.- Hace unos días el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) entregó la cifra de empleo correspondiente al último trimestre móvil comprendido entre abril – junio del presente año, y que en el caso de Atacama alcanzo un 7,7 %, superando en 0,7 puntos porcentuales le media nacional, siendo la tasa de desocupación de Copiapó un 6,5 % y Vallenar un 7,3%.
Al realizar un análisis de la situación laboral se puede indicar que durante los últimos años esta tendencia ha sido reiterativa en el tiempo. Nuestra región, y particularmente la provincia del Huasco, han sentido el rigor de lo que significa la ausencia de fuentes laborales y la precariedad de los empleos, que en muchas ocasiones carecen de resguardos previsionales y de salud.
Si a lo anterior le sumamos el último INACER que presentó un decrecimiento de un 6,5 % en el trimestre enero – marzo del 2017, y que el último índice entregado por la Cámara Chilena de la Construcción da cuenta que en el mes de mayo esta rama de la actividad económica disminuyó en un 10,2%, claramente el panorama regional no es para nada alentador y, como lo han hecho saber desde distintas organizaciones gremiales y sociales, se hace necesario un cambio rápido en los procesos económicos que permitan dar un giro a esta situación.
Conocidos son los esfuerzos por fomentar la llegada de nuevas inversiones a Atacama, avanzándose en las tramitaciones ambientales de diversos proyectos, sin embargo, todo este trabajo resulta estéril si no se logra un acuerdo regional que permita no sólo la contratación de mano de obra local, sino que también, la utilización de servicios y proveedores de cada una de las comunas donde se ubican estos desarrollos productivos.
Por otra parte, no podemos olvidar que a nivel nacional durante el Gobierno del Presidente Piñera se creaban 250 mil empleos al año, en cambio, desde que llegó el gobierno de la Nueva Mayoría, se han generado menos de 100 mil al año, de los que un 70% son sin contrato ni previsión, es decir por cuenta propia, exponiendo a los trabajadores a una situación cada vez más precaria.
No menos importante que lo ya señalado, es que para gran parte de los trabajadores del país y de Atacama los sueldos están estancados, considerando que entre 2014 y 2016 el salario promedio ha crecido apenas en $ 2.400, mientras durante la gestión del ex Presidente Piñera crecieron en un promedio de $ 72.200.
Por lo expresado precedentemente, es de suma importancia, y así esperamos y queremos que ocurra, que las empresas de Atacama que generan empleo directo en beneficio de todos los atacameños, también apuesten a un desarrollo sustentable en cuanto el cuidado y protección del medio ambiente, convirtiéndose, por ende, en buenos vecinos y, tal como muchos lo han venido haciendo, mantengan y potencien aún más su Responsabilidad Social Empresarial de manera efectiva en beneficio de todos y, de este modo, seguir creciendo con equidad, más allá del concepto meramente igualitario.
Finalmente la pregunta que debemos respondernos como atacameños, es si hoy estamos mejor o peor que en el año 2014. Sabemos la respuesta, y es por ello por lo que estamos trabajando en un proyecto que nos permita recuperar a Atacama, retomando las condiciones de vida que tuvimos en el Gobierno del Presidente Sebastián Piñera. La falta de trabajo y de oportunidades para nuestra gente son nuestros principales contendores, siendo el desafío revertir la actual situación de una región abandonada por el Gobierno Central.
(Por : Rafael Prohens Espinoza, Candidato a Senador RN por Atacama)
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