2 oct 2018

Inclusión e integración: Sellos característicos de la Beca Minera Candelaria

Martes 02 de Octubre de 2018.- Paolo Araya tiene 20 años de edad, cursa el segundo año de la carrera Técnico en Prevención de Riesgos, en la Universidad Santo Tomás de Copiapó y es uno de los 76 jóvenes beneficiados con la primera versión de la Beca Minera Candelaria para estudios en la educación superior.

Es amante del deporte y le encanta compartir con su familia. Una de sus principales características es la responsabilidad, perseverancia y amor por los estudios. Vive con su padre, que trabaja en la pesca y con su madre, que es dueña de casa. Su sueño es generar proyectos solares o eólicos ecosustentables para fomentar y potenciar las energías renovables en Atacama.  

Durante su niñez fue diagnosticado con el Síndrome de Brugada, una patología congénita relacionada con alteraciones en el funcionamiento del corazón. A los siete años fue operado debido a una arritmia cardíaca. Debido a este desafío en su vida, debe realizar viajes periódicos a Santiago para controlar esta enfermedad. No obstante, su estado anímico está más firme que nunca in y según sus propias palabras, esta enfermedad ya no le es tan complicada como en sus inicios.

Para conocer sus resultados académicos durante el primer semestre del presente año y relevar su esfuerzo y perseverancia en los estudios, fue invitado por la fundación Atacamagica de Copiapó, entidad a cargo de la ejecución del programa Beca Minera Candelaria, para abordar diferentes temas de interés para los jóvenes y compartir experiencias con otros estudiantes beneficiados con esta iniciativa.

Al respecto, Paolo manifestó que “con la beca de minera Candelaria, se me han abierto muchas puertas y económicamente es un gran apoyo. Hoy tuve una reunión con Luis Albornoz y fue muy productivo conversar. En este encuentro pude conocer a otros becados y saber más de la fundación y de la empresa. Esto mejora el entorno y el ambiente de quienes somos parte de la beca. Yo tengo el Síndrome de Brugada, una enfermedad difícil. Con este proyecto de la minera y la fundación, me preocupo un poco menos de los remedios y otros gastos. Es una buena experiencia ser beneficiario. Estoy agradecido y feliz”.

En tanto, Marcela Sepúlveda, gerente de Diálogo Comunitario de minera Candelaria, expresó que “para nosotros es muy importante el seguimiento caso a caso de los programas que promovemos y lideramos. Acercarnos y conocer el impacto de estas intervenciones nos permite monitorear el trabajo implementado. Nos sentimos contentos y orgullosos como compañía de contribuir con los alumnos de la provincia de Copiapó en general y sobre todo con aquellos que, por presentar una condición médica de base, deben realizar gastos económicos permanentes. Sin duda en casos como el de Paolo, el programa Beca Minera Candelaria es de gran ayuda”.

Por su parte, el director de Fundación Atacamagica, Luis Albornoz expresó que “tres de nuestros becados poseen algún tipo de discapacidad y nosotros estamos muy contentos de poder colaborar durante su proceso universitario. Cada uno de ellos es un alumno destacado y con buenos resultados académicos. Este año y durante todo su paso por la universidad los vamos a apoyar. Queremos que tengan un soporte y así puedan alivianar las cargas económicas que se generan estudiando”. 

Beca Minera Candelaria  

Este programa surge como parte del compromiso de Minera Candelaria en el marco de su política de minería responsable, orientada a catalizar procesos que promuevan e incentiven el desarrollo social y económico de las comunidades. Para el desarrollo y concreción de esta iniciativa, Minera Candelaria desarrolla un trabajo conjunto con la fundación Atacamagica, entidad que diseñó el programa de becas junto a la empresa y la colaboración de la Universidad de Atacama y el Ministerio de Educación a través del programa PACE, los que posibilitaron contar hoy con la primera versión del Programa Beca Candelaria 2018. 

La primera versión de este programa cuenta con 76 becarios, con residencia Copiapó, Tierra Amarilla y Caldera, en su mayoría estudiantes regulares de la Universidad de Atacama, los que han recibido apoyo a través de las diferentes líneas que considera la beca, tales como  mantención, alojamiento, tutorías, matrícula y arancel y traslados que los acompañarán durante toda su carrera.



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